sábado, 14 de febrero de 2009

SIN VALENTíN

Estaban en la cocina. Ella sentadita y casi sin hablar miraba con atención sus movimientos. Las hamburguesas en el microondas. Piip piip piip. El juguito con azúcar extra. Los vasos plásticos de Pindapoy. "El plato chiquito para vos, porque sos chiquita". Los cubiertos. Y la maldita radio...

-Y ahora este temita, para todos los enamorados en el día de San
Valentín...

Todo el día completamente (quizás deliberadamente) sin saber. Hasta que
la maldita radio...

-Yo no creo en eso.
-Yo tampoco.
-Qué bueno.

Aliviados, se besaron.

sábado, 7 de febrero de 2009

POEMAS DE AMORES ANEXOS

-Y, ¿después qué pasó?
-Se tiró un pedo y me guiñó el ojo. ¿Qué dice la teoría del lenguaje corporal acerca de eso?
-Que es lo más cercano al amor que vas a tener.


Los obvios

Tras una excusa cafeínica retiraste todo lo dicho y lo omitido. Yo escuchaba y azucaraba exageradamente mi propia excusa. Te escuchaba y miraba al remolino resignarse a la dulzura impuesta, y a la vez insistir toscamente en su eterna negrura. “La inalterable esencia de las cosas”, pensé.
-Perdón, pero es así.
-Lo suponía.
La batalla facial se extendía silenciosamente, y en la distracción del último trago la terrible mueca se coronó emperatriz en mi propio jardín.
-Vamos afuera, mejor.


Agradecería saber escribir para escribirte algo más hermoso

No son ni siquiera ruidos.......................................Solo soy eso
Es más bien tu espalda..................................un puñado celofán
que se deshace...................................................y unas galaxias
con la mía.........................................................que se atesoran
y el sudor................................................en nuestros bolsillos
lo pedimos.................................... y ni siquiera somos niños
como si estuviese.......................................y nos sentimos así
y no está....................................................aunque nos aterre
y lo extrañamos..........................saber que no somos niños
como si fuese alguna figura.................................y lloramos
de esas que nos gustan……………………… como ancianos
como la tuya………………… que pasaron toda una vida
y no tanto la mía…………………………lamiendo sales
y formamos algo entre los dos…de esas que no se lamen
una figura………………porque no se deben
un ataúd………..como el cielo no se mira
Un sol que se encuentra en aquel cielo que no se mira tanto
Porque nos desviste de rayos y de cuentas de sal y de miel
Y un buitre
Un pez
Uno

martes, 3 de febrero de 2009

MANIFIESTO MENSTRUATIVO

Quien haya vivido su gestación interna a la sombra de la belleza florecerá deformemente, con el espíritu gris, el corazón entumecido, la piel muerta y los ojos esquivos. Se aferrará a su mal ganado motivo de redención como una planta parásita: difícilmente bella, engañosamente frágil, ciertamente intransigente.


-¿Te gusta? ¿Te parece que le va al blog?

-Sí me gusta. Y no importa si está bueno o no. Es más, si es choto, mejor.

Y sí. Sin iniciativa ni genialidad. Así comenzamos.

UNO

Eran como las 6 de la mañana cuando pude dormir. Lo había estado tratando desde la 1. Siempre me fue difícil dormir: demasiados pensamientos, demasiada televisión, demasiado porro, demasiada porno, demasiada música, demasiado alcohol, demasiado Internet. Todo era un ataque a los sentidos. Solo había un sentido que todavía no tenía pervertido por la globalización: el tacto. Pero pronto lo estará, no tengo duda de eso.

Logré despertarme a eso de las 4 de la tarde abotagado, perezoso y con una erección. Tengo 24 años, ¿no?

Los días los transcurría como siempre. En mi casa me hacían preguntas extrañas como sobre el uso de artefactos eléctricos, comentarios sobre por qué no estaba estudiando para adelantar en la facultad o por qué no llevaba una vida más ordenada y austera (no entiendo cómo no le entra a la gente que soy fanático del orden… aunque me crispa que me lo saquen en cara… qué desquicio). Pero no me importaba… tenía porro, y por sobre todo… tenía tiempo.

Armé uno… no era muy bueno haciéndolo pero tenía un pequeño artefacto que me facilitaba la cuestión. Comencé a fumar. No pegaba mucho y hacía doler la cabeza, pero dudo que pueda ir a comprar más al quiosco más cercano.

Me gusta fumar. Me relaja. Me ordena. Y a mí siempre me gustó el orden… al igual que me gusta el caos. Soy una persona de extremos, aunque mis ideales siempre hayan estado de manera muy cobarde en el medio.

Cuando terminé de fumar hice sonar el celular a Juli así me devuelva la llamada.

-Hola, ¿cómo estás?- contestó.

-Bien, ¿vos? ¿te pasa algo?- le pregunté sabiendo la respuesta.

-No, nada, por qué?

Ella siempre tuvo una voz extraña por teléfono y se me hizo la costumbre de preguntarle si es que le pasaba algo. Seguramente algún día me lo iba a afirmar finalmente.

-Che, ¿tenés algo para el blog? –

-Estoy escribiendo unas giladas sobre lo cotidiano, ¿vos? –

-Encontré una oda a la menstruación que escribí hace años

-Listo… -

Y con muy poca iniciativa y sin ninguna idea genial, comenzamos.